Hay días que empiezan tristes, y a lo largo del día mejoran
Hay días que empiezan tristes, y no mejoran.
A veces le pasaba, que sentía un agujero muy profundo en su pecho, como si alguien hubiese atravesado su mano en su cuerpo. Era un dolor horrible, ella decía que era el peor que podía sentir una persona. Le quitaba las ganas de cualquier cosa, tan sólo quería recostarse y pensar en nada. Ni siquiera quería ver a sus amigos, hacía un tiempo ya, que se sentía así, y ella sabía que no estaba bien, y eso le molestaba aún más.
A veces tapaba con una manta a su pecho agujereado para que nadie lo notara, aunque bueno, al fin y al cabo, es tan sólo una manta, que cualquiera que se asome de cerquita, podría notar que su cuerpo no era el mismo de siempre, aunque a veces la gente prefería no mirar eso, y seguir para adelante.
Ella tampoco entendía muy bien, hasta creía que era parte de ella ese agujero. Llegó a pensar que hasta disfrutaba tenerlo, porque ya habían vivido muchas cosas juntos, y él era el único que no la abandonaba. También, cuando pensaba en eso, notaba que estaba algo desequilibrada, como para pensar que ese agujero era parte de su vida porque siempre estaba con ella. ¿A quién podría ocurrírsele una cosa así?
Desconfiaba hasta de su sombra, ya era enfermizo. Y ella sabía que estaba enfermando, y lo confirmaba a cada instante.
Pero ojo: ella decía que no había que asustarse de nada, que ella vivía su vida así, y bueno, tenía momentos en los que estaba feliz, en el auge de su felicidad, y momentos en los que no, dónde la pasaba bastante mal.
También había notado, que la noche era algo triste para ella, no sabía muy bien por qué, así como también la deprimían los domingos, y los días nublados.
Pero está enamorada, y eso hace que el agujero se achique..