Sueña un sueño despacito, entre mi manos, hasta que por la ventana suba el sol.

Capítulo VII- El Principito

No se debe nunca escuchar a las flores. Sólo se las debe contemplar y oler. La mía perfumaba mi planeta, pero yo no era capaz de alegrarme de ello.

viernes, 5 de junio de 2009


1 comentario:

  1. Los adoquines, las hojas secas en el cordón, el viento que arrastra el humo y el pelo volando atrás son una maravillosa representación de la que no tiene que ser pálida, la resistencia.

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