Sueña un sueño despacito, entre mi manos, hasta que por la ventana suba el sol.

Capítulo VII- El Principito

No se debe nunca escuchar a las flores. Sólo se las debe contemplar y oler. La mía perfumaba mi planeta, pero yo no era capaz de alegrarme de ello.

lunes, 19 de julio de 2010

E


Ella soñaba que era libre, que luchaba, que jugaba, que ganaba, que vivía. Ella soñaba. Infinitos años pensando. Infinitos años llorando, durmiendo, perdiendo.
Nunca supo qué pensaba ni porqué perdía. Pero había algo que sabía: era prisionera de sus miedos. Le habían escondido la llave de la libertad. Lloró y lloró por ella. No pudo creer el poder de impunidad que existía. Intentó recordar sus sueños, pero sólo halló miedos.

1 comentario:

  1. Muy lindo...
    y bue, quiza detrás de los miedos están sus sueños escondidos

    ResponderEliminar