Sueña un sueño despacito, entre mi manos, hasta que por la ventana suba el sol.

Capítulo VII- El Principito

No se debe nunca escuchar a las flores. Sólo se las debe contemplar y oler. La mía perfumaba mi planeta, pero yo no era capaz de alegrarme de ello.

sábado, 2 de julio de 2011

Vicky Ferman II

El tiempo para, para en esos momentos en los que descubrís la felicidad en esas personas.. Él sonrió y lo demás fue atenuándose hasta volverse transparente.
Él sonrió y esos momentos que creía que no iban a volver, volvieron, los volví a vivir.
Él sonrió y sentí que su felicidad era mía, que su felicidad me llenaba ese vacío donde ahora está pintada su sonrisa.
Simplemente él sonrió.

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